En 1995, el editor y escritor Luis Felipe Comendador me propuso ilustrar tres poemas de Luis Eduardo Aute, con la idea de publicar los textos y los dibujos en una nueva entrega de la colección de hojas de poesía El árbol espiral. Los poemas de Aute eran, al mismo tiempo, las letras de algunas canciones que el cantautor escribió para su álbum Alevosía, publicado ese mismo año, y que no tuvieron cabida en la edición final del disco. Así surgió esta publicación, hace ya nueve mil ciento y treinta días —veinticinco años— que han tenido, como manda la tradición y las buenas costumbres, sus correspondientes noches. Como hoy mismo, al día le sucederá la noche:
Aquí está, de nuevo aquí,
recusadora y amenazante,
la noche,
con nocturnidad
y calevosía.

